Cuando decides ser amiga de una persona asumes
el riesgo de sufrir por ella. Cuando confías en alguien también te arriesgas a
que te falle. Pero después de todos mis errores y todas las decepciones, he
llegado a comprender que la amistad supera con creces esos miedos, que algunas
veces merece la pena correr esos riesgos. Por eso, ningún ser humano ha sido
capaz de encontrarle un significado objetivo a este sentimiento. Porque tienes
que vivirlo, para darte cuenta de su grandeza. Para darte cuenta de cada detalle, para aprenderte de memoria cada
una de sus sonrisas, cada una de sus miradas y abrazos, para sentir que teniéndolas a ellas no necesitas nada más, por que ellas están contigo pase lo que pase.
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