Soy sólo una más del montón con ganas de vivir la vida y romances de ensueño, soy más o menos la típica niña de ojos azules pelo castaño y piel clara, mido lo que cualquiera. Voy al instituto como todos, aunque no estudio más que otros. Soy impulsiva y alegre a todo momento, intento parecer más fuerte de lo que soy teniendo siempre una sonrisa en la cara. Soy demasiado soñadora y fantasiosa. Le cojo cariño muy rápido a la gente aunque no lo diga ni lo demuestre mucho. Me ofendo fácilmente, pero no me rindo tan rápido. Soy orgullosa, y no olvido las respuestas de "no". Soy muy, muy, vaga. Odio que me manden callar cuando sé que tengo la razón, aunque no sea siempre. A lo largo del día mi humor y autoestima cambian alrededor de 20 veces. Me río por nada y me canso muy rápido de todo. Detesto que me manden a hacer cosas o que me las quiten. No suelo perder el hilo de las conversaciones, pero si me quedo desorientada infinidad de veces, la verdad es que pillo muy bien las indirectas. Soy una típica chica a medio madurar que no sabe muchas cosas y que ansía de una vez ser libre. Adoro a mis amigos y por ahora, me encanta el amor y mas mi novio. Me relaja la música. Soy inoportuna a todo momento, gritona y a borde es difícil ganarme si me pillas con la mala hostia que me viene de repente muchísimas veces. Me encanta pedir comida aunque no tenga hambre, me gusta ver los desfiles de moda y las competiciones de gimnasia rítmica. Detesto probar cosas nuevas. Tengo problemas como todos, más grandes que los de algunos y una mierda al lado de los de otros, ni rica ni pobre. Me trabo por nada. No me considero un modelo a seguir, ni creo que lo haga, ni física, ni mentalmente. Soy una chica más, normal y bastante corriente. Más virtudes que defectos, más defectos que virtudes… El que todos seamos iguales nos consuela.
Por ahora sé quien me quiere y a quien quiero y quien querré realmente, y quien sea capaz de quererme, que se arme de valor para volverse… Loco. Que se prepare para mis gritos de rabia y desespero, para mis llantos, mis risas escandalosas, mis películas romanticonas… Que se prepare para querer a alguien de verdad, a alguien real, a alguien más o menos como yo… Con sus defectos, y virtudes. ¿Otro consuelo del no ser perfecto? Que el no serlo, el no ser doña perfecta o don musculitos, el no ser como alguien de las películas, nos garantizará un amor de verdad, quien se arrepienta de no ser perfecto, es tonto. Así que, a partir de ahora, vamos a disfrutar todos y cada uno de nuestros fallos, sin compromisos
No hay comentarios:
Publicar un comentario